Abono DIY para plantas de interior: 5 recetas que debes probar
Aprende a hacer tu propio abono para plantas con nuestra guía paso a paso. Nuestras 5 recetas DIY son perfectas para plantas de interior y utilizan ingredientes sencillos y naturales. Mejora la salud de tus plantas y ahorra dinero con estos sencillos abonos. ¡Pruébalos hoy mismo!

Hacer tu propio abono para plantas en casa es una forma fácil y rentable de ayudar a que tus plantas de interior prosperen. Además, es ecológico, por lo que es respetuoso con la Tierra y con el medio ambiente. Por eso he decidido compartir contigo cinco recetas eficaces de abono casero para plantas que puedes probar hoy mismo.
Cuidar las plantas de interior no consiste sólo en regarlas. Para mantenerse sanas, necesitan una ayuda extra en forma de nutrientes. Aunque comprar fertilizantes ya preparados en la tienda es una opción, estas mezclas prefabricadas pueden ser caras y no siempre son tan eficaces como hacerlas tú mismo.
Estas son las 5 recetas que vamos a ver en esta guía para el cuidado de las plantas:
Veamos por qué deberías plantearte fabricar tu propio abono para las plantas en lugar de comprar una solución ya preparada.
¿Por qué deberías fabricar tu propio abono para las plantas?
¿Te has preguntado alguna vez por qué deberías plantearte hacer tu propio abono para las plantas? Puede resultar intimidante dar con una buena receta, pero si te tomas el tiempo necesario para leer sobre ello, te sorprenderá lo beneficioso que es para cultivar plantas sanas.
He aquí algunas excelentes razones por las que el abono casero podría ser la solución adecuada para tu jardín:
- Rentable: Hacer tu propio abono para plantas puede ahorrarte dinero a largo plazo, sobre todo si tienes muchas plantas de interior.
- Ecológico: Al hacer tu propio abono para plantas, puedes reducir tu huella de carbono y evitar el uso de fertilizantes químicos que dañan el medio ambiente.
- Personalizable: Puedes personalizar tu abono para plantas DIY para satisfacer las necesidades específicas de tus plantas de interior.
- Conveniente: Hacer tu propio abono para plantas es sencillamente cómodo. Es posible que ya utilices algunos de los ingredientes que necesitarás varias veces por semana, así que ¿por qué no reutilizarlos para abono para plantas antes de tirarlos?
- Suave: Los abonos caseros a partir de restos de cocina están hechos con ingredientes naturales, por lo que es mucho más difícil abonar en exceso tus plantas de interior.
Pero, ¿hay desventajas en fabricar tu propio abono para las plantas? ¡Averigüémoslo!
¿Cuáles son los inconvenientes de fabricar tu propio abono para las plantas?
Las desventajas de hacer tú mismo el abono en lugar de utilizar uno comprado en la tienda son bastante claras. Los fertilizantes comprados en la tienda son más eficaces porque han sido diseñados para alimentar eficazmente a tus plantas. Estos abonos proporcionan un buen equilibrio entre los tres nutrientes principales del fertilizante: nitrógeno, fósforo y potasio (NPK).
Estos abonos comprados en la tienda también vienen con una serie de instrucciones específicas, que te ayudan a alimentar tu planta de forma óptima. Esto es mucho más difícil con el abono casero.
Entonces, ¿puedes alimentar tus plantas sólo con abono casero para plantas? ¡Sí! ¿Es más eficaz o más fácil que utilizar abono comprado en la tienda? Probablemente no.
Ahora que conocemos los pros y los contras de fabricar tu propio abono para plantas, ¡empecemos con algunas recetas! Sólo necesitaremos unos pocos ingredientes para cada receta, ¡así que probablemente ya puedas ponerte manos a la obra!
Receta 1: Abono de cáscaras de plátano
Los plátanos no sólo son un sabroso tentempié, ¡sino que se sabe desde hace mucho tiempo que son muy beneficiosos tanto para los humanos como para las plantas! Además de mejorar nuestra nutrición, ¡los plátanos también pueden ser un magnífico abono para tus plantas de interior! ¿Cuál es el ingrediente secreto? Las cáscaras de plátano, ¡por supuesto! A continuación te explicamos cómo puedes crear una mezcla fertilizante con unos sencillos pasos:
Requisitos
- Cáscaras de plátano (tantas como tengas)
- Agua (suficiente para cubrir las cáscaras)
Instrucciones
- Recoge cáscaras de plátano: Empieza por guardar tus cáscaras de plátano. Cada vez que comas un plátano, en lugar de tirar la cáscara, enjuágala para eliminar cualquier residuo y resérvala.
- Prepara las cáscaras: Corta las cáscaras de plátano en trozos pequeños. Cuanto más pequeños sean los trozos, más rápido se descompondrán y liberarán sus nutrientes.
- Remoja las cáscaras: Coloca las cáscaras de plátano troceadas en un tarro o cuenco de cristal y cúbrelas con agua.
- Espera: Deja las cáscaras en remojo durante unas dos semanas. Puedes tapar el recipiente con un paño o una tapa con pequeños agujeros para evitar moscas u otras plagas, pero permitiendo que circule algo de aire. Remueve la mezcla cada pocos días para ayudar a descomponer las cáscaras y distribuir uniformemente los nutrientes.
- Colar: Al cabo de dos semanas, cuela el líquido en otro recipiente. Desecha o composta los trozos de cáscara de plátano sobrantes.
- Usa el abono: Utiliza este abono de cáscara de plátano, rico en nutrientes, para regar tus plantas de interior. Para obtener mejores resultados, dilúyelo con partes iguales de agua para evitar la sobrefertilización, que puede ser perjudicial para las plantas.
Así que pasa un tiempo antes de que las cáscaras de plátano hayan liberado sus nutrientes en la mezcla de abono, pero es una forma fácil de crear abono natural durante toda la temporada de cultivo.
Las cáscaras de plátano son una gran fuente de potasio, ¡que es importante para que crezcan muchas plantas! También tienen pequeñas cantidades de fósforo, calcio y montones de microminerales que pueden ayudar a dar un empujón a tus plantas. Esta mezcla es especialmente buena para las plantas con flores y las que dan frutos.
Receta 2: Abono de cáscara de huevo
Las cáscaras de huevo son ricas en calcio y también contienen pequeñas cantidades de otros nutrientes que las plantas necesitan para crecer, como potasio y fósforo. Al igual que la receta de la cáscara de plátano, utilizar cáscaras de huevo para cultivar tus plantas es fácil.
Requisitos
- Cáscaras de huevo (de unos 12 huevos)
- 1 litro (32 oz) de agua
Instrucciones
- Recoge y limpia las cáscaras de huevo: Empieza por guardar las cáscaras de huevo. Enjuágalas y déjalas secar.
- Muele las cáscaras de huevo: Cuando tengas suficientes cáscaras de huevo, tritúralas hasta convertirlas en un polvo fino. Puedes hacerlo con un mortero o con una batidora o robot de cocina.
- Mezcla las cáscaras de huevo: Añade las cáscaras de huevo trituradas a un litro de agua en una olla. Lleva el agua a ebullición, apaga el fuego y deja que las cáscaras de huevo reposen toda la noche.
- Cuela y guarda: Por la mañana, cuela el agua en un tarro u otro recipiente, dejando los trozos de cáscara.
- Usa como abono: Riega tus plantas con agua infusionada con cáscara de huevo cuando sea necesario.
Puedes utilizar cáscaras de huevo trituradas como abono líquido para tus plantas de interior, pero ¿sabías que también puedes espolvorearlas directamente sobre la tierra? Esto ayuda a dar a las plantas un aporte de calcio de liberación lenta que, con el tiempo, puede contribuir a la estructura y el drenaje del suelo. De este modo, las plantas de interior estarán más sanas y felices en poco tiempo.
Pero es importante recordar que, por muy útiles que sean, las cáscaras de huevo por sí solas no proporcionan a las plantas una nutrición completa. Por eso es importante utilizar cáscaras de huevo junto con otras fuentes de nutrición para tus plantas de interior.
Receta 3: Abono de posos de café
¡Los posos del café pueden hacer más de lo que crees! No sólo son una gran fuente de nitrógeno para tu planta, sino que puedes utilizarlos de distintas formas: como adición al suelo, como abono líquido e incluso como compost.
Aquí veremos cómo puedes utilizarlo como fertilizante líquido, pero si quieres mezclarlo con la tierra, ten en cuenta que puedes añadir demasiado a la tierra y hacerla ácida. Así que cuando estés empezando, empieza con una pequeña cantidad de posos de café y observa cómo reacciona tu planta.
¡Ahora volvamos al abono líquido a partir de posos de café!
Requisitos
- 2 tazas de posos de café usados
- 5 galones de agua (unos 19 litros)
Instrucciones
- Recoge tus posos de café: En lugar de tirar tus posos de café usados, guárdalos en un recipiente. Necesitarás unas 2 tazas de posos para hacer este abono.
- Prepara la mezcla: Vierte los posos de café en un cubo de 5 galones y, a continuación, llénalo de agua.
- Déjalo reposar: Deja reposar la mezcla al menos unas horas, preferiblemente toda la noche. Así el agua tendrá tiempo de absorber los nutrientes de los posos de café.
- Colar (opcional): Si quieres eliminar los posos de café antes de utilizar el líquido, puedes colar la mezcla con una estopilla o un colador de malla fina. Esto es opcional, y algunos propietarios de plantas prefieren dejar los posos, sobre todo si van a utilizar el líquido para plantas de exterior.
- Utiliza el abono: Utiliza el agua infusionada con café para regar tus plantas de interior según sea necesario. Asegúrate de observar atentamente tus plantas para ver cómo responden al fertilizante líquido de café, y ajusta su uso en consecuencia.
- Guarda el resto: Puedes guardar el fertilizante líquido restante en un recipiente cerrado para utilizarlo más tarde. Sólo asegúrate de utilizarlo en una o dos semanas para que siga fresco.
Como puedes ver, no es una gran opción si sólo necesitas muy poco abono. Si sólo quieres un tarro de cristal que valga la pena, merece la pena experimentar un poco con las proporciones y ver cómo reaccionan tus plantas al abono.
Al igual que mezclar los posos de café con la tierra, puedes acidificar demasiado la tierra si utilizas este método con demasiada frecuencia. Vigila de cerca tus plantas cuando utilices este abono y diluye la solución si tu planta tiene las hojas amarillas.
Receta 4: Abono de sales de Epsom
¿Sabías que la sal de Epsom es una gran fuente del mineral esencial magnesio? Es muy importante para el crecimiento de las plantas, así que encontrar formas de proporcionarles este nutriente es clave para mantenerlas sanas.
Requisitos
- 1 cucharada de sal de Epsom
- 1 galón de agua (aproximadamente 3,8 litros)
Instrucciones
- Disuelve la sal de Epsom: En un recipiente grande, disuelve 1 cucharada de sal de Epsom en un litro de agua. Remueve la solución hasta que la sal de Epsom esté completamente disuelta.
- Usa el abono: Riega tus plantas con la solución de sal de Epsom. Puedes utilizarla en lugar del riego habitual, pero evita regar las plantas en exceso.
- Observa y ajusta: Vigila tus plantas durante las próximas semanas para observar su respuesta al fertilizante de sal de Epsom. Quizá notes hojas más verdes, tallos más fuertes y más flores.
Al igual que la receta de las cáscaras de huevo, la sal de Epsom no es un fertilizante completo. Sólo aporta magnesio y azufre, y las plantas también necesitan otros nutrientes. Así que debes utilizar la sal de Epsom como complemento de una rutina equilibrada de cuidado de las plantas, y no como única fuente de nutrientes.
Otra cosa a la que hay que prestar atención es que demasiado de una cosa tampoco es bueno. Algunas mezclas de tierra (mezclas arcillosas o suelos muy rocosos) ya tienen un contenido bastante alto de magnesio, por lo que añadir más hará que sea un mal lugar para cultivar tu planta.
Receta 5: Abono para el agua de la pecera
Si tienes una pecera, puedes usarla para hacer un abono DIY para tus plantas de interior. El agua de la pecera contiene nutrientes importantes, como nitrógeno y fósforo, que dan a las plantas el impulso que necesitan. Hacer tu propio abono para plantas puede parecer complicado al principio, pero esta receta puede que sea la más fácil de todas las que hay aquí.
Requisitos
- Agua de pecera (sorprendente, lo sé)
Instrucciones
- Limpia tu pecera: Cuando llegue el momento de limpiar tu pecera, en lugar de desechar el agua vieja, recógela en un cubo u otro recipiente grande.
- Deja reposar el agua: Deja reposar el agua durante una o dos horas. Así los sólidos se depositarán en el fondo.
- Utiliza el agua: Recoge o vierte suavemente el agua transparente de la parte superior del recipiente para regar las plantas de interior. Ten cuidado de dejar la capa de sólidos en el fondo del recipiente, ya que pueden estar demasiado concentrados y dañar a tus plantas.
El agua usada de pecera puede ser una gran ventaja para las plantas que prefieren un suelo ligeramente ácido, ya que naturalmente tiene un nivel de pH más bajo que el agua del grifo. Tampoco contiene las sustancias químicas como el cloro y las cloraminas que suelen encontrarse en el agua del grifo. Este nutriente puede ser perjudicial para algunos tipos de plantas.
Como la mayoría de los demás abonos de esta guía para el cuidado de las plantas, esta receta no te ayuda a hacer un abono completo, ya que en realidad sólo añade nitrógeno y fósforo adicionales. Sin embargo, esto lo convierte en un excelente suplemento fertilizante para utilizar junto a otros abonos.
Y como última nota, me gustaría mencionar que sólo debes utilizar agua de pecera que no haya sido tratada con medicamentos para peces u otros productos químicos. Podrían ser perjudiciales para tus plantas.
Pruebe su conocimiento de la planta
¡Cuestionario completo!
¿Quieres saber más? Suscríbete a mi boletín para recibir consejos gratuitos en tu bandeja de entrada!
¡Apúntate ya!