¿Cómo se cuida un Filodendro?
Los filodendros son hermosas plantas que crecen enredaderas con hojas en forma de corazón. En esta guía repasaremos cómo puedes cuidar tú mismo una planta filodendro y ayudarla a crecer y prosperar.

Los filodendros son hermosas plantas que crecen enredaderas con hojas en forma de corazón. Es una planta de gran belleza que destaca en cualquier habitación de tu casa. En esta guía repasaremos cómo puedes cuidar tú mismo una planta filodendro y ayudarla a crecer y prosperar. Son plantas bastante fáciles y de crecimiento rápido, lo que las hace perfectas para los propietarios principiantes.
En esta guía, repasaremos estos temas:
¡Aprendamos a cuidar un Filodendro en interiores!
Exposición a la luz para un Filodendro
Tu filodendro es una planta versátil porque puede prosperar con distintos niveles de luz. Sin embargo, la luz perfecta para el filodendro debe parecerse a la que recibe en la naturaleza: luz solar brillante e indirecta. Como el filodendro tiene enredaderas y le gusta trepar, crece en troncos de árboles, en zonas sombreadas. En la naturaleza, rara vez recibe luz solar directa, por lo que esto es algo que también debes evitar para tu planta de interior.
Hojas amarillas en tu filodendro
Si a tu filodendro le salen muchas hojas amarillas a la vez, puede que reciba demasiada luz solar. Si sólo son 1 ó 2 hojas, no tienes por qué preocuparte. Las hojas viejas de un filodendro se vuelven amarillas, por lo que se trata de un proceso natural.
Demasiada poca exposición a la luz
Cuando tu filodendro reciba muy poca luz, sus raíces aéreas o enredaderas se estirarán y habrá mucho espacio entre las hojas individuales. Lo hace para alcanzar la luz, como haría una suculenta cuando no recibe suficiente. Cuando veas que esto ocurre, es hora de buscar un lugar más luminoso para tu filodendro.
Cuando tu planta empiece a ralentizar el crecimiento de sus raíces aéreas y las hojas crezcan más juntas, estará recibiendo la cantidad adecuada de luz. Siempre puedes utilizar una luz de cultivo para suplir la falta de luz en las zonas más oscuras de tu casa.
Regar un filodendro
Regar tu filodendro es bastante sencillo: deja que la parte superior de la tierra se seque entre riegos. Sin embargo, no dejes que se seque la mayor parte, ya que los filodendros crecen con bastante rapidez. Cuando crecen deprisa, les gusta absorber mucha humedad de la tierra.
Asegúrate de utilizar una maceta con agujeros de drenaje, para que la tierra no esté húmeda y el exceso de agua pueda salir por el fondo de la maceta. Esto mantendrá contenta a tu planta.
Hojas caídas
Cuando tu filodendro empieza a caer, suele indicar un problema de riego. Puede significar que tu planta está recibiendo demasiada agua o no la suficiente. Es fácil descubrir cuál es, porque si la tierra está seca, la planta necesita más agua, y si está húmeda, debes dejar que se seque. Las hojas volverán a la normalidad cuando hayas corregido el problema de riego.
Tratar la podredumbre de la raíz
La podredumbre de las raíces es un problema común en los filodendros, sobre todo cuando se riegan en exceso. Si quieres evitar que se pudran las raíces, asegúrate de no regar en exceso la planta y deja que la tierra se seque entre riego y riego. También puedes utilizar una mezcla de tierra con buen drenaje que evite el encharcamiento. Si la tierra parece húmeda o las hojas empiezan a caerse, abstente de regar durante un tiempo.
Si tu planta ya se ha visto afectada por la podredumbre radicular, no te preocupes, aún puede tratarse. En primer lugar, saca la planta de la maceta y examina el sistema radicular. Si la mayoría de las raíces son marrones y blandas, puede que sea el momento de recortarlas con tijeras esterilizadas y replantar la planta en tierra fresca. Asegúrate también de que la maceta tenga un orificio de drenaje.
Tras el trasplante, riega ligeramente la planta y vigila si se producen cambios en las hojas. Es normal que se marchiten un poco tras el trasplante, pero si las hojas siguen cayendo, es posible que la podredumbre de la raíz haya ido demasiado lejos, y quizá sea mejor propagar tu planta a partir de esquejes. Recuerda que, en lo que se refiere a la podredumbre de las raíces, siempre es mejor prevenir que curar.
Requisitos de temperatura y humedad
Vale la pena señalar que los filodendros son fantásticas plantas de interior, gracias a su resistencia y facilidad de cuidado. Dicho esto, la temperatura a la que prosperan varía según el tipo.
Por ejemplo, muchos filodendros crecen bien a temperaturas que oscilan entre 18 y 27 grados Celsius (65 y 80 F). Es importante mantener la planta en una habitación siempre cálida, alejada de corrientes de aire frío o caliente, como el aire acondicionado o las ventanas abiertas. Estos cambios extremos de temperatura pueden conmocionar a tu planta y matarla.
En cuanto a la humedad, a los filodendros les encanta un nivel medio de humedad. Un humidificador será una herramienta útil para ayudar a la planta a mantenerse feliz. Procura que los niveles de humedad oscilen entre el 40% y el 60%. Puedes conseguirlo nebulizando las hojas con regularidad o colocando la planta sobre una bandeja de guijarros llena de agua, lo que creará un nivel ideal de humedad.
Cultivadores rápidos
Los filodendros son plantas de crecimiento muy rápido. Sus enredaderas pueden crecer hasta 10 cm (3,9 pulg.) por semana si está en la estación de crecimiento. Mientras crecen sus enredaderas, también empezarán a crecer hojas y raíces aéreas junto con esas enredaderas. Si no controlas este crecimiento, las enredaderas estarán por todo tu espacio vital en muy poco tiempo. Cuando crezca demasiado, puedes propagar las enredaderas y cultivar más filodendros.
Para promover un nuevo crecimiento en un filodendro, siempre es buena idea recortar las enredaderas y propagarlas, para luego volver a cultivarlo con la planta madre. Así crecerán nuevas enredaderas y tendrás una planta más completa con el tiempo.
Abonar un filodendro
Como los filodendros son plantas de crecimiento rápido, necesitan un abonado regular. Necesitarán toda la energía posible para seguir creciendo lo más deprisa posible. Cuando veas que tu planta empieza a crecer más lentamente, puede significar que ha utilizado todo el abono y es hora de darle un poco más.
Durante la temporada de crecimiento, primavera y verano, es mejor abonar el filodendro una vez al mes. Durante el periodo de latencia, otoño e invierno, puedes reducirlo a una vez cada 6 u 8 semanas.
Suelo para un Filodendro
Los filodendros son plantas bastante sedientas, pero tampoco pueden permanecer mucho tiempo en un suelo húmedo. Por eso es bueno conseguir una tierra que retenga el agua durante más tiempo, pero que drene todo el exceso de humedad y no se compacte cuando esté húmeda durante mucho tiempo. Una mezcla de tierra de palmeras es una gran elección para un filodendro. Retiene bien el agua pero no se compacta, lo que permite que el oxígeno llegue a las raíces en todo momento.
Trasplantar un filodendro
Los filodendros son hermosas plantas muy fáciles de cuidar. Pueden cultivarse tanto en interior como en exterior, y necesitan una maceta con buen drenaje y buena aireación. A medida que crecen, los filodendros suelen quedarse pequeños, y es entonces cuando hay que trasplantarlos.
Algunos signos de que ha llegado el momento de trasplantar el filodendro son que las raíces se salgan del fondo de la maceta, un crecimiento lento y que la tierra se seque rápidamente después de regarla. Lo ideal es trasplantar el filodendro una vez cada dos años, o cuando la planta haya crecido más que su maceta actual.
Para trasplantar un filodendro, empieza por elegir una maceta un tamaño mayor que la actual. Asegúrate de que la nueva maceta tenga agujeros de drenaje para evitar que el agua se acumule en el fondo y pudra las raíces. A continuación, prepara la tierra, que puede ser una mezcla de tierra para macetas, perlita y musgo de turba. Rellena el fondo de la nueva maceta con una capa de tierra fresca, de unos cinco a siete centímetros de profundidad.
Saca suavemente el filodendro de su maceta actual, con cuidado de no dañar las raíces. Utiliza los dedos para aflojar las raíces enredadas y recorta las raíces muertas. Coloca la planta en el centro de la nueva maceta y rellena los lados con la tierra restante. Asegúrate de dejar algo de espacio entre el nivel de la tierra y el borde de la maceta para evitar que se desborde durante el riego.
Riega bien la planta para ayudar a asentar la tierra, y colócala en un lugar con luz solar indirecta durante unos días para que se adapte a su nuevo contenedor. Asegúrate de mantener la tierra húmeda pero no encharcada, y vigila de cerca la planta para detectar cualquier signo de estrés o enfermedad.
Trasplantar tu filodendro te ayudará a promover un crecimiento sano, asegurar un drenaje adecuado y evitar el agarrotamiento de las raíces.
Propagar un Filodendro
Propagar filodendros a partir de esquejes es una forma estupenda de ampliar tu colección o compartir la planta con amigos. He aquí cómo hacerlo:
- Elige un tallo sano de Filodendro para cortarlo. Busca uno que tenga unas cuantas hojas y un nudo (una pequeña protuberancia donde la hoja se une al tallo).
- Utiliza unas tijeras afiladas y limpias para hacer un corte limpio por debajo del nudo. También puedes quitar las hojas inferiores para crear más espacio para que crezcan las raíces.
- Sumerge el extremo cortado en polvo de hormona de enraizamiento (esto es opcional, pero puede ayudar a acelerar el proceso de crecimiento de las raíces).
- Coloca el esqueje en una maceta o tarro pequeño lleno de tierra húmeda para macetas. Cubre la parte superior de la maceta o el tarro con una bolsa de plástico para crear un mini invernadero.
- Mantén la tierra húmeda pero no encharcada, y coloca la maceta o el tarro en un lugar cálido y bien iluminado, pero no bajo la luz directa del sol. Una bandeja de guijarros para aumentar la humedad también puede ayudar.
- Al cabo de unas semanas, tira suavemente del esqueje. Si notas resistencia, ¡se han empezado a formar raíces! Sigue cuidando el esqueje como lo harías con una planta joven de Filodendro, retirando gradualmente la bolsa de plástico a medida que crezca.
Recuerda que no todos los esquejes saldrán bien, ¡pero no te rindas! Experimenta y prueba distintas técnicas hasta que encuentres la que mejor funcione para ti y tus filodendros.
Podar un Filodendro
Podar tu filodendro es esencial para promover un crecimiento sano y mantener su forma. Debes podar la planta durante su periodo de crecimiento activo, que suele ser entre primavera y verano.
Para ayudarte a empezar, aquí tienes algunos consejos generales para podar tu filodendro:
- Identifica las zonas que hay que podar: Inspecciona la planta e identifica las hojas amarillas o marrones, los tallos con patas o las ramas que crecen sin control.
- Utiliza tijeras de podar afiladas y esterilizadas: Esto ayudará a evitar la propagación de enfermedades y garantizará cortes limpios que favorezcan la cicatrización.
- Recorta hasta el nudo de una hoja: Para fomentar un crecimiento más tupido, recorta los tallos justo por encima de un nudo sano de la hoja. De este nudo surgirán nuevos brotes que darán a tu planta un aspecto más lleno.
- Mantén la planta equilibrada: Al recortar tallos y ramas, es importante mantener un aspecto equilibrado. Así te asegurarás de que tu filodendro siga creciendo uniformemente en todas direcciones.
Recuerda que la poda puede intimidar, pero no tengas miedo de intentarlo. Con un poco de práctica, te convertirás en un experto en mantener tu filodendro feliz y sano.
Podar las hojas marrones y muertas
Eliminar las hojas marrones o muertas de tu Filodendro es importante para mantenerlo sano y promover un nuevo crecimiento. Las hojas muertas o en descomposición pueden atraer plagas y enfermedades que pueden perjudicar a toda la planta.
Para quitar las hojas muertas o marrones, utiliza unas tijeras o podaderas afiladas y limpias para cortarlas por la base, donde se unen al tallo. Asegúrate de cortar lo más cerca posible del tallo sin dañar las hojas o tallos sanos. También puedes separar suavemente las hojas del tallo con los dedos si son fáciles de quitar.
También es importante inspeccionar regularmente tu Filodendro para detectar cualquier signo de enfermedad o plaga, como hojas amarillentas o manchas en el follaje. Si detectas algún problema, trátalo rápidamente para evitar daños mayores a tu planta.
Reanimar un Filodendro marchito
Si tu filodendro se está marchitando, puede deberse a varias razones, como exceso o falta de riego, baja humedad, falta de nutrientes o de luz. Sin embargo, hay algunas medidas sencillas que puedes tomar para reanimar tu planta.
Comprueba el nivel de humedad
En primer lugar, comprueba la humedad de la tierra introduciendo el dedo unos dos centímetros en ella. Si está seca, es hora de regar la planta. Sin embargo, si la tierra sigue húmeda, espera uno o dos días antes de volver a regar para evitar un exceso de agua.
Comprueba la luz solar
Asegúrate de que tu planta recibe suficiente luz. Los filodendros prefieren la luz brillante pero indirecta. Si tu planta no recibe suficiente luz, considera la posibilidad de trasladarla a un lugar más luminoso. También puedes utilizar una luz de cultivo si tu casa no tiene suficiente luz natural.
Ten en cuenta los niveles de humedad de la habitación. Los filodendros prosperan en ambientes muy húmedos, por lo que puedes aumentar la humedad colocando una bandeja con agua cerca de la planta o utilizando un humidificador.
Abona tu Filodendro
Si sospechas que a tu Filodendro le faltan nutrientes, plantéale un abono equilibrado. Sin embargo, es importante seguir las instrucciones del envase del fertilizante, ya que un exceso de abono puede dañar la planta.
Poda las hojas dañadas o muertas para que tu planta dirija su energía hacia la curación y el desarrollo de nuevos brotes sanos.
Los filodendros son plantas resistentes, y con los cuidados adecuados, tu planta volverá a ser exuberante y vibrante en poco tiempo. Así que no abandones todavía tu planta, pon en práctica estos consejos, ¡y pronto la verás prosperar de nuevo!
Venenoso
Por desgracia, los filodendros pueden ser perjudiciales para tus gatos y perros. Cuando tu gato o perro mastica filodendros, puede provocar hipersalivación, dolor abdominal, vómitos, inflamación de la faringe y dificultad para tragar.
Cuando notes alguno de estos síntomas después de que tu mascota haya mordido un filodendro, debes ponerte en contacto con tu veterinario para que le ayude. Para evitar por completo esta situación, coloca la planta en un lugar donde tus mascotas no puedan alcanzarla, y asegúrate de podarla antes de que sus enredaderas crezcan lo suficiente como para que tus mascotas puedan alcanzarla.
Control de plagas
Cuando se trata de filodendros, varias plagas pueden convertirse en un problema para tus plantas. Algunas de las más comunes son los ácaros, las cochinillas, las cochinillas y los trips. Estas plagas pueden causar daños en las hojas, los tallos y las raíces de tus filodendros, y si no se tratan, pueden incluso matar a tus plantas. Entonces, ¿qué puedes hacer para deshacerte de estas plagas de forma natural?
Utiliza aceite de neem para controlar las plagas
Un método es utilizar aceite de neem, que es un insecticida natural seguro para tus plantas y el medio ambiente. El aceite de neem actúa interrumpiendo el ciclo vital de las plagas, impidiendo que se reproduzcan y acabando con ellas. Basta con mezclar unas gotas de aceite de neem con agua y rociarlo sobre tus plantas, asegurándote de cubrir bien las hojas y los tallos.
Usa jabón insecticida
Otro método natural de control de plagas es utilizar jabón insecticida, que es una mezcla de jabón y agua que asfixia a las plagas al contacto. Puedes hacer tu propio jabón insecticida mezclando unas gotas de jabón de cocina con agua, o puedes comprar una solución ya preparada en una tienda de jardinería. Pulveriza el jabón insecticida sobre los filodendros, prestando especial atención al envés de las hojas, donde las plagas suelen esconderse.
Utiliza insectos carnívoros
Por último, puedes probar a utilizar insectos beneficiosos como las mariquitas o los ácaros depredadores para controlar las poblaciones de plagas en tu jardín. Estos insectos se alimentan de plagas como las arañas rojas y las cochinillas, ayudando a mantener sus poblaciones bajo control. Puedes comprar insectos beneficiosos en Internet o en una tienda de jardinería y soltarlos en tu jardín para ayudar a mantener tus filodendros sanos y libres de plagas.
Utilizando estos métodos naturales de control de plagas, puedes proteger tus filodendros de las plagas comunes y mantenerlos bellos y sanos durante años.
Conceptos erróneos sobre los Filodendros
Hay algunos conceptos erróneos sobre la identidad de los filodendros que abordaremos aquí:
- Un filodendro no es una Monstera
- Un filodendro no es un Pothos
Al igual que la Monstera y el Pothos, el filodendro tiene enredaderas y raíces aéreas. Cada una de estas plantas crece sobre otras plantas en la naturaleza, pero son especies de plantas diferentes. Puedes distinguirlas observando sus hojas. Las Monsteras tienen hojas grandes, a menudo agujereadas, los Pothos tienen hojas ovaladas y los Filodendros tienen hojas acorazonadas. Sus cuidados son muy parecidos, así que si no sabes distinguirlas, puedes utilizar esta guía para cuidar tu planta, sea cual sea.
Enseñar a crecer a tu Filodendro
Aunque un Filodendro, un Pothos y una Monstera son plantas diferentes, puedes utilizar un polo de musgo para enseñar a cualquiera de estas plantas cómo y hacia dónde crecer. Normalmente, tu Filodendro crecerá hacia fuera y luego hacia abajo, como las enredaderas de verdad. Si utilizas un polo de musgo, puedes dar a tu Filodendro un poco más de apoyo y también crecer hacia arriba. El uso de un polo de musgo es opcional y tú decides si lo quieres o no.
Si te gustan las enredaderas y quieres dejarlas colgar, una maceta colgante también puede ser una gran solución para esta planta. Como estas plantas crecen con bastante rapidez, puede que tengas que podar las enredaderas y plantarlas de nuevo en el suelo. Así conseguirás una planta más llena, sin dejar de poder admirar las enredaderas.
Conclusión
Si quieres una planta que te haga sentir como si estuvieras en una selva, pero no quieres dedicar demasiado tiempo a cuidarla, el Filodendro es la planta adecuada para ti. El filodendro es una planta de crecimiento rápido, por lo que no tendrás que esperar meses a que crezca. En cuestión de semanas, puede tener 2 ó 3 veces el tamaño que tenía cuando la conseguiste.
Es una planta estupenda si tienes un lugar que no reciba luz solar directa pero que tampoco sea demasiado oscuro. Es una gran planta colgante con sus enredaderas, pero también puedes enseñarla a crecer en polos de musgo. ¡Realmente es una planta versátil y puede hacer que cualquier espacio se parezca un poco más a una jungla!
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