¿Qué le pasa a mi planta? ¡10 problemas comunes explicados!
Tu planta puede ser un misterio a veces. Un día va bien y al siguiente tiene problemas. Si te ha pasado alguna vez, sabrás que no es fácil averiguar qué le pasa. Los síntomas que presenta tu planta pueden significar muchas cosas distintas. Es difícil enfrentarse a esto. Por suerte, ¡hay una salida!

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Tu planta puede ser un misterio a veces. Un día va bien y al siguiente tiene problemas. Si ya te ha pasado alguna vez, sabrás que no siempre es fácil averiguar qué le pasa. Los síntomas que presenta tu planta pueden significar muchas cosas distintas, lo que dificulta las cosas. Por suerte, ¡hay una solución!
En esta guía, repasaremos cada uno de los posibles síntomas. Te explicaré qué significan estos síntomas y cómo puedes ayudar a tu planta a recuperarse.
Estos son los síntomas que vamos a examinar juntos:
- Hojas amarillas
- Puntas o bordes marrones de las hojas
- Sólo amarillean las hojas inferiores
- Las hojas se caen de repente
- La planta empieza a marchitarse
- Manchas en las hojas
- Las hojas se manchan de amarillo
- Hojas pegajosas
- La planta deja de crecer de repente
- Hojas más pequeñas de lo normal
Estos son los síntomas más comunes que puede mostrar una planta.
Cómo utilizar esta guía
Antes de empezar, es bueno darse cuenta de que la mayoría de estos síntomas pueden tener múltiples causas. Entonces, ¿cómo averiguas qué va mal? Bien, examina cada una de las causas y empieza a descartarlas.
Por ejemplo Tienes los siguientes problemas posibles: podredumbre de la raíz, carencia de nutrientes y luz solar insuficiente. Si sabes que tu planta recibe mucha luz solar y no sufre podredumbre radicular, sólo te queda una opción: deficiencia de nutrientes. Si descartas las posibles causas de este modo, podrás averiguar rápidamente qué le pasa a tu planta.
Veamos los síntomas, qué los causa y cómo puedes ayudar a tu planta a recuperarse.
Síntomas: ¿Qué muestra tu planta?
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Los síntomas pueden ser confusos a veces, porque pueden significar muchas cosas distintas. Cuando analices qué le puede pasar a tu planta, examina detenidamente cada una de las posibles causas que mencionamos. De este modo podrás averiguar por qué está pasando tu planta y cómo ayudarla.
¡Entremos en los síntomas específicos que pueden mostrar tus plantas!
1. Hojas amarillas
El amarilleamiento de las hojas es uno de los síntomas más comunes que puede mostrar tu planta cuando tiene problemas. Cuando las hojas de tu planta de interior empiezan a ponerse amarillas, puede significar 4 cosas distintas:
- Tu planta tiene podredumbre de raíz
- Tu planta no recibe suficiente luz solar
- Tu planta tiene una carencia de nutrientes
- Tu planta tiene las raíces atadas
Las causas más comunes son la podredumbre de las raíces o una luz solar inadecuada. La carencia de nutrientes y el enraizamiento de la planta son menos probables, pero también pueden ser las causas del problema.
2. Puntas o bordes de las hojas marrones
Las puntas marrones de tus plantas de interior dan miedo. Tu planta se marchitará y parecerá que se está muriendo. Por suerte, la mayoría de las veces no es así. Si descubres pronto que tu planta se está poniendo marrón, puedes ayudarla a recuperarse.
Tu planta de interior puede tener puntas o bordes marrones en las hojas cuando:
- El aire está demasiado caliente o seco
- Hay demasiada sal en el suelo
- Tu planta tiene una carencia de nutrientes
- Tu planta tiene pudrición radicular
Las puntas marrones suelen ser señal de que tu planta está demasiado seca. Sin embargo, esto no significa que debas regarla más. A veces, regar demasiado tu planta puede hacer que las puntas de las hojas se vuelvan marrones, convirtiéndose en podredumbre radicular.
Empieza por comprobar si tu planta está en un lugar demasiado cálido para ella. Si no es así, puedes fijarte en tus hábitos de riego. Si la tierra está seca, puede que sea el momento de regarla y ajustar tu programa de riego.
3. Sólo las hojas inferiores se vuelven amarillas
A veces las hojas de tu planta pueden ponerse amarillas, pero no todas. Si ves que las hojas inferiores se vuelven amarillas o se caen, puede ser porque:
- Tu planta está envejeciendo
- Tu planta tiene una carencia de nutrientes
- Tu planta tiene las raíces atadas
Cuando algunas plantas envejecen y no reponen tallos y hojas, como Crotons, empezarán a dejar caer las hojas. Esto no es un problema, pero es algo natural que ocurra. Estas plantas no tienen ningún problema, y les seguirán creciendo hojas en las partes más nuevas de sus tallos.
Si tu planta no tiene suficiente espacio o energía para crecer, también podría empezar a dejar caer las hojas. Esto podría ser una señal de que la planta necesita ser replantada o alimentada.
4. Las hojas se caen de repente
Da miedo que a tu planta se le caigan las hojas de repente. Suele ocurrir después de que hayas cambiado repentinamente algo en el entorno de tu planta. Si a tu planta se le empiezan a caer las hojas, puede ser porque:
Si has trasladado recientemente tu planta a otro lugar, podría estar en estado de shock. La mayoría de las plantas no tienen problemas con esto, pero a otras como las Calatheas no les gusta el cambio. Este tipo de plantas necesitan asentarse en su nuevo entorno antes de poder prosperar de nuevo.
5. La planta empieza a marchitarse
Uno de los síntomas más fáciles de averiguar es cuando tu planta empieza a marchitarse. Es un síntoma bastante fácil de averiguar porque se debe a problemas de agua. Tu planta empieza a marchitarse cuando:
Averiguar cuál es la que padece tu planta es fácil. Si no has regado tu planta en al menos una semana y la tierra está seca, tu planta tiene sed. Si has regado recientemente tu planta de interior y la tierra está húmeda, tu planta podría estar sufriendo podredumbre radicular.
6. Manchas en las hojas
Algunas plantas son sensibles a ciertos tipos de infecciones fúngicas. Estas infecciones aparecen como manchas en las hojas de tu planta. Lo primero que debes hacer cuando veas estas manchas es separar esta planta de las demás. Lo último que quieres es que la infección se propague a otras plantas.
Ahora que tu planta está en un lugar seguro, puedes averiguar a cuál de estas dos cosas te enfrentas:
Las manchas de agua son menos probables y sólo aparecen en unas pocas plantas, así que comprueba primero si hay infecciones fúngicas. Tendrás que actuar con rapidez para solucionar este problema, porque si no mejora pronto, tu planta podría no sobrevivir. Lo mejor es utilizar fungicidas o soluciones naturales como el aceite de neem para salvar tu planta. Si plantas en el exterior, puedes utilizar jabón de cobre en su lugar.
7. Las hojas se motean de amarillo
Si tu planta empieza a tener manchas amarillas y puedes ver telarañas, estás tratando con ácaros araña. Los ácaros araña son una plaga muy común que afecta a muchas plantas diferentes. Por suerte, no es difícil ayudar a tu planta a recuperarse de ella. Estos son los síntomas que puedes utilizar para saber si tu planta tiene araña roja:
- Las hojas tienen moteado amarillo
- Ves algunas telarañas en las puntas de los tallos
- Empieza a marchitarse o a volverse marrón y crujiente
Para deshacerte de estas plagas, puedes utilizar una mezcla de agua y alcohol para pulverizarla sobre tu planta. También puedes utilizar un spray insecticida sobre tu planta.
8. Hojas pegajosas
Otra plaga, como los ácaros, son las cochinillas. Cuando tu planta sufra estas plagas, lo sabrás palpando las hojas. Cuando tu planta sufra esta plaga, las hojas estarán pegajosas y es posible que veas pequeñas pelusas de algodón o manchas marrones. Como con cualquier otra plaga, puedes ayudar a tu planta a recuperarse si detectas la plaga a tiempo. Si la dejas durante semanas, es posible que ya no puedas ayudarla a recuperarse.
9. La planta deja de crecer de repente
Si has tenido plantas durante mucho tiempo, habrás notado que algunas parecen dejar de crecer de la nada. No hay problema si estamos en otoño o invierno, porque es normal. Sin embargo, si estamos en primavera o verano, puede haber un problema. Tu planta puede haber dejado de crecer debido a:
El problema más común es la podredumbre de la raíz, pero la carencia de nutrientes y no tener espacio suficiente para crecer también son posibilidades. Asegúrate primero de comprobar si tu planta tiene podredumbre radicular, ya que podría perjudicarla. Si no es así, puede que necesites abonar o trasplantar tu planta.
10. Hojas más pequeñas de lo normal
Si tu planta crece bien durante la primavera y el verano, todo está como debería. Sin embargo, cuando tu planta empiece a echar hojas pequeñas que no son tan grandes como deberían, puede que tengas un problema.
Cuando a tu planta le empiezan a salir hojas más pequeñas de lo normal, puede deberse a que:
- Tu planta tiene podredumbre de raíz
- Tu planta tiene una carencia de nutrientes
- Tu planta no recibe suficiente luz solar
- Tu planta tiene las raíces atadas
Tu planta de interior no puede crecer más porque no tiene suficiente energía o espacio. Cuando tu planta no tiene suficiente espacio para crecer, no se fomenta el crecimiento y tu planta seguirá siendo pequeña. Cuando tu planta no tiene suficiente nutrición también puede dejar de crecer hojas más grandes.
Para solucionarlo, comprueba si tu planta tiene podredumbre radicular. Si es así, retira las raíces afectadas y trasplanta en tierra fresca. Además, asegúrate de abonar una vez al mes o más a menudo si es necesario.
Causas: ¿Por qué ocurre esto?
Hemos visto los síntomas más frecuentes y lo que pueden significar. Hay varias razones por las que tu planta puede mostrar estos síntomas. Puede deberse a factores ambientales, como demasiada o muy poca agua, falta de luz solar o cambios de temperatura y humedad. La salud de tu planta también puede verse afectada por plagas, enfermedades y carencias de nutrientes.
Averigüemos por qué tu planta presenta estos síntomas y cómo puedes ayudarla.
Podredumbre de la raíz
La podredumbre de las raíces es algo difícil de tratar cuando se trata de plantas de interior. La podredumbre de las raíces se produce cuando tu planta no recibe suficiente oxígeno en las raíces. Suele ocurrir cuando accidentalmente riegas demasiado las plantas durante mucho tiempo.
Si riegas demasiado tu planta una vez, no hay problema. Tu planta se recuperará de ello. Sin embargo, si tu planta recibe demasiada agua constantemente, la tierra no puede llevar oxígeno a las raíces de tu planta. Cuando esto ocurre, las raíces empiezan a pudrirse y corres el riesgo de perder tu planta.
Por suerte, si lo detectas a tiempo, puedes rescatar tu planta. Lo primero que debes hacer es asegurarte de que la planta está en tierra seca. Para ello, deja que se seque o, en el peor de los casos, trasplanta la planta. Si esto no funciona, puedes intentar rescatar tu planta utilizando Leca: ¿Qué es la Leca y por qué es útil para las plantas?. Si tampoco funciona, siempre puedes intentar propagar tu planta. Si quieres saber más sobre este tema, lee ¿Cómo rescatar una planta del riego excesivo?.
No hay suficiente luz solar
A muchas plantas les encanta la luz del sol, sobre todo a las de colores brillantes con bonitos dibujos. Cuando estas plantas de colores brillantes no reciben suficiente luz solar, sus hojas se vuelven amarillas o pálidas. Cuando veas que esto le ocurre a tu planta, es hora de trasladarla a un lugar un poco más luminoso.
Cuando traslades tu planta a un lugar más luminoso, asegúrate de hacerlo gradualmente. La mayoría de las plantas se adaptan bastante bien al cambio, pero hay algunas que necesitan algún tiempo para asentarse. Así que cuando traslades tu planta de un lugar más oscuro a otro más luminoso, hazlo lentamente.
Las hojas pálidas pueden volver a su color original, pero no siempre ocurre. Las hojas amarillas, en cambio, seguirán amarillas. Puedes recortar estas hojas y esperar a que crezcan hojas nuevas. Estas nuevas hojas deberían tener el color original si tu planta recibe la cantidad adecuada de luz solar.
Demasiada poca agua
Una planta sedienta suele ser fácil de detectar. Estas plantas empezarán a marchitarse y sus hojas no parecerán tan brillantes como antes. Esto no suele ser perjudicial para tu planta, a menos que te olvides de regarla cuando empiece a marchitarse.
Puedes ayudar a tu planta a recuperarse regándola. La mayoría de las plantas se recuperarán en cuestión de horas. Tendrán el mismo aspecto que antes y parecerá que no ha pasado nada.
Deficiencia de nutrientes
Tu planta de interior necesita energía para crecer grande y fuerte. Si no obtiene suficiente energía del suelo para crecer, no crecerá tan deprisa o puede palidecer. Cuando esto ocurra, tendrás que dar a tu planta algunos nutrientes extra para que crezca.
Puedes hacerlo abonando tu planta. Cuando abonas tu planta, le das los nutrientes importantes que necesita para crecer y recuperarse de cualquier daño. Después de abonar tu planta, debería volver a la normalidad en pocos días. Si quieres saber más sobre cómo abonar las plantas de interior, lee ¿Cuál es el mejor tipo de fertilizante para plantas de interior?.
La planta está ligada a la raíz
Algunas plantas crecen muy deprisa, mientras que otras tardan un poco más. Es importante trasplantar regularmente tus plantas para darles espacio suficiente para seguir creciendo. Si no trasplantas tu planta de interior a tiempo, sus raíces crecerán demasiado para la maceta en la que se encuentra.
Sabrás que ha llegado el momento de trasplantar tu planta cuando las raíces empiecen a rodear el fondo de la maceta o si ves más raíces que tierra. Trasplanta la planta a una maceta unos 5 cm (2 pulgadas) más grande que la maceta actual. De este modo no pondrás la planta en una maceta demasiado grande. Si la planta está en una maceta demasiado grande, es fácil que se riegue en exceso y se pudra la raíz.
Aire caliente o seco
El aire caliente o seco es estupendo para algunas plantas, pero terrible para otras. A tus plantas tropicales les encanta la humedad y el aire seco es su mayor temor. Plantas como la Calathea necesitan humedad para desarrollarse y el aire seco volverá sus hojas marrones y crujientes.
Por suerte, hay varias formas de solucionar este problema. En primer lugar, asegúrate de que tu planta no esté expuesta a la luz solar directa. Cuando alejas la planta de la luz solar directa, también la alejas del aire caliente.
El segundo paso consiste en aumentar la humedad del aire para tu planta de interior. Hay varias formas increíbles de hacerlo: nebulizar las plantas, utilizar un humidificador y colocar la planta en una bandeja con guijarros. Si quieres más ideas sobre cómo aumentar la humedad de las plantas de interior, puedes leer 10 formas de aumentar la humedad en tu casa. En esa guía, exploraremos 10 formas de aumentar la humedad en tu casa para que tus plantas tropicales prosperen.
Demasiada sal en el suelo
Si has cuidado plantas durante un tiempo, es posible que hayas oído o leído en alguna parte que no debes utilizar agua del grifo para tus plantas. Hay algo de verdad en esa afirmación. Cuando utilizas agua del grifo sin filtrar para regar tus plantas, las estás exponiendo al calcio de los conductos de agua. Esto no es un problema si lo haces una vez. Pero si lo haces sistemáticamente, la tierra de tu planta tendrá más calcio cada vez que la riegues. Puedes ver esta sal acumulada en la tierra, pues tiene el aspecto de una fina costra blanca.
Por suerte, hay dos formas fáciles de evitar que esto ocurra. La primera solución es utilizar sólo agua destilada para regar tus plantas. Puede que esto no sea una opción para ti, así que hay otra forma. Puedes utilizar agua del grifo, pero asegúrate de dejarla reposar en la regadera al menos 24 horas antes de regar la planta. Si esperas 24 horas, las sales se hundirán hasta el fondo de la regadera. De este modo, tu planta no estará expuesta a las sales del agua del grifo.
Cuando veas la sal sobrante en la tierra, es fácil deshacerse de ella. Puedes deshacerte de ella regando generosamente tu planta con agua "limpia" y dejándola escurrir por el fondo de la maceta.
Tu planta está en estado de shock
Puedes poner a tus plantas en estado de shock exponiéndolas a cambios bruscos. Por ejemplo: trasladarlas de un lugar oscuro a otro muy luminoso. No todas las plantas pueden soportar este cambio repentino y necesitarán acomodarse durante unas semanas. Cuando tus plantas intentan adaptarse, entran en modo supervivencia y hacen todo lo posible para no morir. Esto incluye dejar caer hojas y tallos para conservar la energía que necesitan para seguir vivas.
Para evitar esta situación, debes hacer cambios graduales en el entorno de tu planta. Si tu planta está en estado de shock, no hagas nada. Deja que se adapte a su ritmo. Si vuelves a mover tu planta, podría permanecer en shock durante más tiempo y eso podría matarla. Es algo que asusta a cualquier propietario de una planta, tanto si tiene experiencia como si es principiante.
Infección por hongos
Las infecciones fúngicas no son muy frecuentes, pero son más comunes en las plantas que has comprado recientemente. Por eso es importante mantener las plantas nuevas separadas del resto durante las primeras semanas. Lo último que quieres es que cualquier enfermedad fúngica se propague accidentalmente al resto de tus plantas.
Puedes prevenir cualquier infección fúngica en tu planta asegurándote de que sus hojas permanecen secas. Los hongos necesitan humedad para desarrollarse, así que cuando no les das humedad, no pueden desarrollarse. Cuando veas manchas negras en las hojas de tu planta, córtalas para evitar que se extiendan.
Manchas de agua
Las manchas de agua no son algo muy común entre las plantas de interior y sólo aparecen en unas pocas plantas. Las manchas de agua se deben a que el agua fría toca las hojas de algunas plantas concretas.
Puedes evitar estas manchas de agua asegurándote de que el agua fría nunca toque las hojas de tu planta. Si tu planta ya tiene manchas de agua, puedes recortar esas hojas.
Podar tu planta no le hace daño y le devuelve energía para seguir creciendo. En Por qué no deberías tener miedo de podar tus plantas de interior encontrarás más información sobre la poda y sus ventajas.
Ácaros araña
Los ácaros araña son una plaga dura y común en muchas plantas de interior. Cuando tu planta tiene ácaros, a menudo verás manchas amarillas en las hojas. La mayoría de las veces, también verás telarañas.
Puedes hacer frente a las arañas rojas utilizando agua jabonosa para ahogarlas. Otra forma estupenda de tratar las arañas rojas es utilizar una mezcla de aceite de neem. El aceite de neem matará a los ácaros en cuestión de días y también se asegurará de que no vuelvan pronto. Si utilizas agua jabonosa o aceite de neem para limpiar las hojas de tu planta, te librarás fácilmente de los ácaros.
Si quieres leer más sobre la araña roja, echa un vistazo a ¿Cómo eliminar las arañas rojas de las plantas de interior?.
Cochinillas
Las cochinillas y las cochinillas son plagas muy escurridizas que infectarán tu planta rápidamente. Parecen bolas blancas de algodón en tu planta. A menudo aparecen a través de plantas nuevas, proceden del exterior o incluso de algún fruto.
Puedes evitar que las cochinillas lleguen a tus plantas manteniéndolas alejadas de cualquier fruta, no sacándolas al exterior y manteniendo las plantas nuevas alejadas de tu colección durante unas semanas. Si ya tienes cochinillas, mantén la planta infectada alejada de las demás. A continuación, puedes tratar la plaga con un bastoncillo de algodón humedecido en alcohol. Toca las cochinillas con el bastoncillo y morirán rápidamente.
Otra forma de deshacerse de las cochinillas es utilizar aceite de Neem. Prepara una botella pulverizadora con agua, jabón y una mezcla de aceite de Neem, y rocía bien tu planta. Esto matará las plagas en pocos días.
Si quieres leer más sobre la araña roja, echa un vistazo a ¿Cómo se utiliza el Aceite de Neem con las plantas de interior?.
Conclusión
En esta guía hemos examinado 10 síntomas diferentes que podrían estar afectando a tus plantas de interior, desde la acumulación de sal y los golpes hasta las infecciones fúngicas, las manchas de agua y las plagas. Estos síntomas pueden significar muchas cosas distintas, y por suerte todos tienen posibles soluciones.
Es importante recordar que la comprensión y la paciencia son importantes: encontrar los problemas de tu planta puede ser un proceso de eliminación, pero si utilizas esta guía, podrás averiguar qué le pasa a tu planta y cómo puedes ayudarla a recuperarse.
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